domingo, 22 de septiembre de 2013

Experiencias de saúde, Eva Docampo Vila

A los cuatro meses aproximadamente tuve un atragantamiento bastante fuerte por el moco que me produjo un simple catarro. Me queda varios segundos sin respirar hasta quedarme color violeta. Mi madre, muy acertada, me agarro por los pies, me puso boca abajo y comenzó a darme palmadas en la espalda hasta que me recompuse. Pero después del susto decidió que lo mejor sería llevarme al médico y consultarlo. Estuve una semana ingresada en la que me realizaron una serie de pruebas y análisis para comprobar que todo estaba correcto. Aparentemente no tuve ninguna secuela después del incidente pero lo cierto es que aún hoy en día tengo pánico a los atragantamientos, nunca me he atragantado con comida y es a lo que más temo. Me he informado y a esto se le llama fagofobia. Sin embargo, esto no me pasaba durante mi niñez; comenzó a manifestarse durante mi adolescencia, cuando nació mi prima pequeña, Supuestamente por celos. En ese momento dejé de comer durante mes y medio por miedo a ahogarme. Fue una época difícil para mi y para mis padres porque ninguno sabíamos cual era el problema y temían que fuese algún tipo de trastorno alimenticio. Finalmente decidieron acudir al psicólogo, que achaco el problema a los celos por un nuevo bebé en la familia mezclado con mis propios miedos. Para solucionarlo simplemente me dio un jarabe que en realidad era placebo, pero al ser algo psicológico yo me recuperé enseguida.


A parte de esto, nunca me he roto nada, ni sufrido ningún esguince. Lo único fue un golpe en la cabeza contra una pared de ladrillos. Me abri bastante y me tuvieron que dar puntos pero tendría alrededor de cuatro años y no lo recuerdo con demasiada claridad.

En general he tenido catarros, gripe, gastroenteritis y sorprendentemente no he sufrido la varicela, lo que me preocupa un poco porque cuanto más mayor se pase más grave puede ser. Tampoco he tenido piojos, que es algo muy común ya que se contagia muy fácilmente en el colegio.

Ya más mayor he sufrido la enfermedad del beso, mononucleosis. Fueron unas semanas horribles ya que te produce un cansancio extremo, se inflama el bazo y el hígado por lo que no puedes realizar ningún tipo de esfuerzo o cualquiera de estos órganos puede sufrir un reventón. Falté a clase dos semanas y media y perdí gran parte de mi masa muscular por estar tanto tiempo encamada.


A parte de esto, poco más que destacar. He llevado ortodoncia durante tres años y medio y actualmente debo sacarme las muelas del juicio o puede que se vuelva a desestructurar toda mi dentadura.

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