Cuando era
pequeña, las enfermedades que he tenido no han ido más allá de las más comunes:
típica fiebre, catarros, gastroenteritis, varicela ..etc
Recuerdo
que en uno de estos catarros invernales, hubo uno que me afectó de manera muy
grave, ya que estuve quince días encerrada en casa sin poder ir al colegio. Lo único
bueno que recuerdo de este catarro fue la cantidad de sopa que comía, uno de
mis platos favoritos. La razón era que mi madre me decía que la única forma de
curarme era comiendo cosas calentitas y tomando los medicamentos que me daba el
médico. Para que no contagiase al resto de mis compañeros, mi madre se
encargaba de traerme los deberes a casa, ya que en estas edades la transmisión
de enfermedades es muy común pasar parte el día juntos.
Y hablando
de la transmisión, otra cosa de padecí de pequeña fue aquel picor insoportable
que tuve en segundo de primaria, los piojos. Una compañera de clase los tenía,
y ella nos los pasó a la gran mayoría de la clase. Recuerdo que mi madre desde
que se dio cuenta de que los tenía, empezó a lavarme la cabeza con vinagre
todos los días, ese olor que tanto acabé odiando. Pero mi madre dice que los
remedios caseros son mucho mejor, asique al poco tiempo se me pasaron.
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