Después de investigar un poco en el blog de “Aventura Diminuta”,
he seleccionado una actividad que me parece muy interesante.
A continuación os dejo el enlace y también una fotografía
de la página:
También en el colegio, nos vacunaron. Ahora mismo no
recuerdo de que vacuna se trataba pero si los nervios que sufríamos todos niños
y niñas ante el inminente pinchazo que íbamos a recibir. Un par de meses
después de aquello, me tocaba revisión en el pediatra, a la cual iba acompañada
por mi madre. Allí, descubrimos que la vacuna que me habían puesto en el
colegio ya me la habían puesto meses atrás en el pediatra y era algo que ya
tenían que haber visto en la cartilla el día de la inyección en la escuela. El
médico le dijo a mi madre que pudo haber sido peligroso para mi salud, pero por
suerte no paso nada. También recuerdo el cabreo que tuvo mi madre y la
discusión en el colegio debido a la irresponsabilidad que cometieron.
Luego llegó la hora de ir al cole. De esta etapa recuerdo el, muy famoso en mi generación, flúor de fresa, la imagen del la profesora con una caja grande en las manos repartiendo esos botitos con líquido rojo a cada alumno, para que se enjuagaran con él y volvieran a escupir el líquido en el bote. También recuerdo "la vacuna", no sé muy bien por que pero un día nos vacunaron a todos los alumnos de 5 años en el colegio, la fila de niños esperando para recibir aquel pinchacito para nosotros era algo semejante al corredor de la muerte. Otro hecho destacable fue, ya en primaria, cuando a uno de mis compañeros le diagnosticaron tuberculosis, y nos tuvieron que hacer la prueba a todos; recuerdue todo perfectamente ese circulito pintado con boli en el brazo que todos mirábamos por si la mancha lo sobrepasaba. En esta época, como al 90% de los niños, también me tocó sufrir los molestos picores de los granitos de la varicela.